Carolina Solari
es la directora y dramaturga de “Destino Temperley”, una obra que aborda la
historia de una actriz afectada por su adicción a los juegos de azar, y que
decide regresar a su barrio, Temperley. “La ludopatía es una temática de la que
no se habla mucho ni se trata, pero es muy común y es silenciosa”, destaca
Solari en esta nota con “La puerta de atrás”.
Carolina Solari es actriz, dramaturga y directora de “Destino Temperley”, una obra que en tono de comedia aborda la ludopatía y las consecuencias de esta adicción en la persona que la padece y en los vínculos con los que la rodean.
La protagonista de
este espectáculo teatral es la famosa actriz Alejandra Bruno, que regresa a la
casa de su infancia en el barrio de Temperley, pero sus vínculos familiares se ven afectados por su adicción a los juegos de azar.
Carolina, nació
en Lomas de Zamora y vivió en Temperley hasta sus 20 años, cuándo se mudó a
Capital Federal por cuestiones laborales. Mientras estudiaba Sociología,
apareció el teatro en su vida.
“Si bien la ludopatía no es una temática que me
toque directamente a nivel familiar, me enteré que una actriz que yo conozco
era ludópata, y dije puede ser una de las características de la protagonista de
la obra, entonces empecé a investigar. Es una temática de la que no se habla
mucho ni se trata, pero es muy común y es silenciosa”, explica la directora de la obra en esta charla
con La Puerta de atrás.
P-¿Con qué propuesta se va a encontrar el espectador que va a ver la obra?
R-La obra sucede toda en el living de una
casa en Temperley, de una casa antigua, cómo se solían hacer en la época del
ferrocarril, a principio del siglo pasado, todo sucede ahí, pero en
realidad cuenta una historia enorme porque comienza con los relatos de la madre
de la protagonista de cómo sus bisabuelos vinieron de los barcos de Italia a la
Argentina. Tiene mucho de historia,
habla mucho de nosotros, habla mucho de la idiosincrasia nuestra, y también se
va a encontrar con mucho humor, todo se trata con un hilo de humor bastante acentuado,
temas profundos: la ludopatía, la venta de una casa que tiene una historia
enorme, e implica un montón de movimientos emocionales, vínculos, porque está
el vínculo de la protagonista con su manager, el vínculo con su madre y con su
prima, que tiene rivalidad con ella, porque es muy distinta a ella, una mujer
que se quedó en el barrio, que hizo una vida familiar, relegando un montón de
cosas, mientras que la protagonista es una actriz que decidió seguir su deseo y
dejó todo.
P-¿Por qué decidiste ubicar la historia en Temperley?
R-Hace rato que quería contar una historia
sobre el barrio, me parece que es un
barrio que es raro, porque está en el medio del Conurbano y en algunas calles
parece que estás en el medio de Londres, eso es muy argentino. Nosotros
tenemos un poco de todo, venimos de los barcos, y hay cosas que son criollas,
son nuestras, son autóctonas, pero por lo menos en lo que es Buenos Aires, el
Conurbano y las grandes urbes hay mucha influencia europea.
P-¿Qué rol, qué importancia tiene la casa en la
obra?
R-La casa es un personaje muy importante. Hay un libro que me inspiró también un poco,
aunque la inspiración no es consciente muchas veces, es inconsciente, que fue
“La casa” de Mujica Láinez, es un libro que cuenta cómo la casa ve el paso de
la gente que vivió en ella. Es una casa de Avenida Santa Fe, y eso creo que me
marcó un poco, cómo las casas también son una entidad en sí mismas, cómo cuesta
a veces desprenderse de la historia, cómo uno genera apego con esos lugares.
P-Tenés influencia de la sociología…
R-En realidad mi
vocación yo la descubro más cercana a los 30, a los 26 empiezo a incursionar
más en el teatro, decido ser actriz. Cuándo termino el colegio primero hago un
terciario en administración y después me
dedico a la sociología, estudié en la UBA toda la carrera hasta que la termino,
y ahí me encuentro con que me encanta la conducta humana, el análisis de la conducta
humana, pero me faltaba la parte
artística, la parte de poner el cuerpo, los sentimientos y encontré en el
teatro una manera integral de vivirlo.
P-¿Cómo fueron tus comienzos y tu vinculación con
el teatro? ¿Fue previo o posterior a estudiar sociología?
R- Fue en
paralelo. Yo trabajaba en un laboratorio y estudiaba sociología, y mi pareja en
ese momento, empezó a estudiar teatro, y dije me encantaría también poder
incursionar, y empecé a estudiar comedia musical en la escuela de Ricky
Pashkus, y después me dan una beca para estudiar con Julio Bocca, y ahí me
empiezo a dedicar plenamente a las artes escénicas.
P-¿Y el rol de dirección y de dramaturga cómo te
llegan?
R-La dirección surgió mientras estaba
estudiando comedia musical, teníamos un concurso que al final de los cuatro
años de curso podías presentar una comedia musical en el teatro Borges de las
Galerías Pacífico. Y un compañero me
dijo que tenía una obra que quería que dirija, y ahí fue mi incursión en la
dirección, y después hice obras de Julio Chávez, que dirigí en festivales, y en la pandemia empecé un curso de
dramaturgia, y ahí empezó este lado de escribir. Ya tres obras que escribí,
las produje y las representé, tengo algo cómo medio compulsivo que si las
escribo tengo que ponerlas en acción.
P-¿Qué te gusta más actuar o dirigir y escribir?
R- Me gusta todo, cada cosa tiene su yeite.
Escribir es más tortuoso, porque hay
momentos que decís es una porquería, va a salir mal, pero es muy gratificante
cuando ves la obra terminada, es muy especial el contacto que tiene un
escritor con el material que produce, empezas
a encontrar cosas tuyas muy inconscientes que salen a la luz. En la actuación a veces se logra eso y a
veces no. Pero es muy gratificante porque en la actuación pones todos tus
sentidos. Soy de la trinchera de defender lo humano, defender los sentidos, el
tacto, la vista, el olfato, cosas que estamos perdiendo por el crecimiento de la
tecnología. Me encanta dirigir porque me
encanta el trabajo en equipo, me gusta el trabajo en conjunto.
P-¿Cuánto tiempo te llevó en escribir y preparar “Destino Temperley”?
R-Dos años. Las
últimas tres obras las escribí dentro del taller de Javier Daulte de
dramaturgia, por eso a mí también me sirve mucho el grupo, porque ahí escucho
otras propuestas, me inspiro, uno aprende. La vida, el día a día, es muy tirana
para escribir.
P-¿Cómo ves al teatro hoy en general?
R-Lo veo muy atravesado por las tecnologías,
lo veo muy superfluo en muchos aspectos, lo veo poco profundo, es un teatro
tópico, y el contenido de las series también. Parecería antiguo contar una historia con un principio y un final con
una cierta profundidad, y ahí estamos perdiendo un montón, porque el ser humano
necesita de una historia que comience y termine, porque sino tocas un botón
y sos esto o lo otro, el ser humano tiene otras características, y me preocupa
un poco eso, porque el ser humano está
perdiendo cualidad y no sé en qué tipo de ser humano nos vamos a convertir,
robóticos. ¿Qué va a pasar si es todo estímulo?. Yo tengo que generar un
estímulo en el espectador, sin poner mi sentir, es diferente.
El elenco de “Destino Temperley” está compuesto por: Stella Brandolin, Erica Sposito, Rolo Sosiuk, Paula Berré y Gabo Yamil.
La producción está a cargo de Luciana Lamota, asesoría artística de Javier Naudeau, música original de Candelaria Quiñones, diseño audiovisual de Forzafilms, de luces y coreografía de Daniel Fernández, realización de escenografía de Fernando Arsenian y efectos sonoros de Charley Rappaport, voz en off: Emiliano Krogh, fotografía: Cristian Holzmann, diseño gráfico: María Forni, prensa y redes: Okm Prensa.
“Destino Temperley” se podrá ver este viernes 12 de Septiembre en La Casa de la Cultura de Adrogué, en Esteban Adrogué 1244.
Mauro Castro
LPDA-10-9-25
Comentarios
Publicar un comentario