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Nada improvisados


Jesica Disenfeld, es una de los integrantes de “Juego improvisado” un grupo de Clowns que durante los fines de semana visita a los chicos internados en el Hospital Elizalde, con la tarea de hacerlos sonreír.

Ayudar jugando, podría ser un buen resumen para el tema de esta nota. Hay historias que valen la pena ser contadas, que merecen ser difundidas, porque simplemente son buenas historias, de gente que desde su lugar, intenta ayudar a otro, y da lo mejor de sí  para lograr ese objetivo.  Esa es la historia de Jesica Disenfeld, una de las protagonistas que hace un poco más de un año decidió formar un grupo, llamado juego improvisado,  para ayudar a quienes están atravesando una situación de salud compleja.

Jesica (Zukini, su personaje), y el grupo que conforma “Juego improvisado”, son un equipo de clowns que visitan el Hospital Elizalde, ubicado en Manuel Montes de Oca 40, en el barrio porteño de Constitución los fines de semana –generalmente los domingos- para acompañar, entretener y jugar con los chicos internados.

Claro, que quienes integran “Juego improvisado” cuentan con un curso previo, que según el momento del año puede variar en cantidad de tiempo, aunque siempre se trata de seis clases, donde se aprenden técnicas para tomar la iniciativa, comenzar a jugar y registrar el contexto.

P-¿Cuándo surgió la idea de formar un grupo para ir a visitar a los chicos internados en los hospitales?

R-La idea de formar el grupo formalmente surgió en Diciembre de 2014, y fue para hacer un grupo con gente en el que todos quisiéramos hacer lo mismo del mismo modo, queríamos hacer reír a los chicos, con los cuidados necesarios.

P-¿Cómo surgió esta iniciativa?

R- Invitando primero a gente conocida, a quienes se querían sumar, y después vimos la necesidad de armar un curso para alinear los valores. Tenía un montón de gente conocida del ambiente del clown, yo ya venía también haciendo payasos desde antes en el hospital puntualmente, y hay cosas que son distintas dentro del hospital que fuera del hospital, y ahí surgió la idea de hacer los cursos, que continúan hoy en día.

P-¿Si vos tuvieras que definir o dar una idea de lo que es “Juego improvisado”, que dirías que es o cómo lo explicarías?

R-  “Juego improvisado” es un grupo de clowns que lo que buscan es generar un lindo momento en el hospital. Lo que buscamos es transmitir esta idea en la que creemos todos mucho, de que podes enfocar en lo positivo y es mucho más enriquecedor  que enfocar en lo negativo. Por ahí los chicos o las personas que están en el hospital lo más común para ellos es pensar ‘estoy enfermo’, y nosotros en “Juego improvisado” intentamos enfocar en lo positivo.

P-¿En alguna de las visitas o en algún momento de esas visitas al hospital, notaron que les costó transmitir esa idea de enfocar en lo positivo?

R- Si, no tanto por la situación del hospital, sino por la situación en la que se encuentra cada uno de los pacientes que visitamos. Nosotros invitamos a los chicos y sus familiares a nuestra propuesta, pero si el padre o el chico está en otra situación y no tiene ganas, nosotros sólo somos un canal, una propuesta, pero si ´vos no queres no va a suceder’, y lo respetamos. Nos ha sucedido, y lo hemos respetado.

P-¿Qué tipo de juegos hacen?

R- El otro día por ejemplo, con uno de los chicos, jugábamos a que nos íbamos de viaje. Hacíamos que nos íbamos a Brasil, y empezamos a hablar en portugués. También jugamos a hacer de animales. Jugamos con cualquier cosa que surja. Por ahí están mirando la televisión, y jugamos a que somos los protagonistas de una novela. Jugamos mucho con los delirios. Eso sería juego improvisado, juegos que disparan situaciones para el juego.

P-¿Cuántas personas forman el grupo?

R- Somos siete u ocho.

P-¿Y van siempre todos juntos o se dividen?

R-No, nos dividimos. Lo ideal es que en las habitaciones vayamos máximo de a tres, porque sino es un montón de gente. Además, ¡imagínate ocho payasos juntos!. Nos dividimos en grupos de a 2 o de a 3 y vamos pasando por las habitaciones.

P-¿Siempre disfrazados de payasos?

R- Si. Siempre con el traje de clown. Es nuestro personaje. El payaso, el clown tiene otro modo de comportamiento. Nos pasa cuando salimos del hospital que nos queda esa energía del clown, pero ya sin la nariz y sin la ropa, y es raro. El clown tiene mucha gestualidad, se mueve mucho. Somos clowns.

               
P- ¿Hay alguna otra diferencia marcada entre el payaso y el clown?

R- Realmente Clown y payaso son lo mismo, pero se usa clown para definir al payaso de teatro, y se usa payaso para el de circo. En realidad son lo mismo.  El payaso se maquilla mucho más, el clown tiene un vestuario que quisiera estar dentro de lo normal y le sale chispeado. El payaso es todo un extremo.

P-¿Les pasó que haya habido chicos en el hospital que no les gusten los payasos?

R- Si, nos ha pasado. Y ahí nos favoreció el hecho de estar mucho más cercanos al clown que al payaso. Muchos padres me dijeron ‘vinieron algunos y estaban todos pintados y se puso a llorar y con ustedes no’. Nosotros vamos muy neutros. Vamos con una nariz y con ropa con un poco de color, pero no es que tenemos la flor que tira agua. Vamos con mucho cuidado y con mucho registro. Por ahí hay chicos que le tienen miedo a la nariz de payaso, y entonces nos sacamos la nariz.
“Nuestro foco es jugar. Generar un momento de juego. Ahí puede surgir una canción, un partido de fútbol, un viaje al espacio”, explica Jesica.

P-Con respecto a las visitas al hospital, ¿tuvieron que pedir permiso previo? ¿Qué tipo de requerimientos tuvieron que cumplir?

R-Nosotros empezamos a ir al hospital hace cuatro años. En ese momento no había tanto requerimiento. Hoy en día se pide una certificación para poder ingresar en los hospitales. Una vez que estás adentro del hospital hay un montón  de cuestiones y hay mucha seguridad. A nosotros ya nos conocen y confían, pero igual se toman muchos cuidados.

                P- ¿Que duración tiene el curso de payaso de Clown para hospital?

R- El curso, actualmente, consta de dos partes. Se fue modificando en base a la cantidad de gente que viene. Está basado en la necesidad del tiempo para hacer la profundización necesaria en lo que es la labor en el hospital y del clown.  Los cursos que estamos haciendo ahora son de 6 clases de dos horas. En verano son varios días a la semana, pero durante el año las clases están distribuidas semanalmente.  Trabajamos con juegos,  el objetivo es que todos los que vienen puedan después ir al hospital y proponer juegos, y tengan el registro del compañero, del chico, del personaje y del hospital. El payaso de hospital, en “Juego improvisado”, y en cualquier otro lugar,  busca generar algo positivo. Un payaso que hace reír a todo el mundo, pero que no está registrando lo que le pasa al chico, no nos sirve. Necesitamos que nadie quede afuera.

P- ¿Les han puesto algún límite alguna vez en algún sector?

R-Si, nos han puesto y los respetamos a rajatabla. Es más por ahí nos dicen, ‘acá pueden pero desde la ventana, o acá no’. Si nos lo dicen entendemos que es por cuidado.  

“El juego es una herramienta que vale para todas las edades. Permite salir de lo cotidiano”.


Mauro Castro 

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