Ir al contenido principal

Aprender, pese a los obstáculos

¿Qué tan dificultoso puede ser enseñar a chicos con discapacidad visual, o con disminución visual?, ¿con que herramientas se cuentan?, ¿cómo es el trabajo con niños en estas condiciones?, esas son algunas de las preguntas que respondió Alicia Iedwab, ex directora de la escuela Maria Angélica Rovai de Lanús, en esta charla con La puerta de atrás.

Alicia Iedwad
La escuela, o ir al colegio, es una etapa fundamental en la vida y en la experiencia de una persona. Allí, desde chicos aprendemos a vivir en sociedad, a compartir, a respetar al otro, además de los conocimientos teóricos que nos servirán de base para el futuro.
Pero, ¿alguna vez pensamos cómo podría haber sido ir al colegio sin la capacidad de ver?. ¿Cómo sería el registro del entorno y el registro cotidiano en las clases?.

En La puerta de atrás, dialogamos con Alicia Iedwab, ex directora de la Escuela para niños ciegos y disminuidos visuales María Angélica Rovai de Lanús -inaugurada el 14 de noviembre de 1983-. Iedwad, a partir de su experiencia en la docencia y en la dirección del colegio – fue directora durante 7 años, y antes vicedirectora-, nos cuenta acerca del trabajo, de las posibilidades y de las capacidades de los chicos y adolescentes que concurren a este tipo de establecimientos.

P-¿Cómo es trabajar en un colegio dónde gran parte del alumnado, tiene disminución visual o no ve? ¿Se hace más complejo?

R- En la escuela no nos posicionamos del lado de la discapacidad, nos posicionamos del lado que estamos trabajando con niños, jóvenes, adultos, y más bien desde ese lugar tratamos de formarlos, y también intentamos trabajar con los entornos y con que necesitan recibir de esos entornos para que esa discapacidad aparezca como menor. Nosotros nos posicionamos desde el modelo social de discapacidad, que define a la discapacidad no solamente por lo que le pasa a la persona, cómo hace muchos años atrás, sino cómo algo que le sucede a las personas y las barreras que le brinda el entorno, y lo que resulta de esa ecuación. Lo nuestro es una elección en realidad, así que no nos pesa, no es un esfuerzo, es un trabajo de todos los días.
 
P-¿Cómo evalúa el entorno de los chicos, sin entrar en casos específicos, sino de forma general?

R- Hay cuestiones individuales y otras que son generales. Es cierto que si hablamos de los entornos y nos referimos a la familia, a las escuelas (los alumnos en la mayoría de los casos también van a las escuelas “comunes” de los distintos niveles), la plaza, y la pequeña comunidad que rodea a la familia o a la escuela, son muchos más favorecedores que hace unos años. Hubo un avance en el respeto por la diversidad, hubo un avance en la inclusión, sobre todo en estos últimos años que esto no está sólo declamado y hablado sino que fue apoyado con leyes, existe la Convención de las personas con discapacidad que en nuestro país tiene fuerza de ley , existen leyes que tienen que ver con los derechos de los niños y jóvenes, existe la Ley Nacional de la Educación, entonces los entornos son mucho más favorecedores e inclusivos, y brindan más estímulo, pero, así y todo falta mucho. Y en lo particular seguimos encontrando alguna escuela, algún docente, algún familiar, que falta trabajar. Parece que cuando pensamos en una barrera para la participación, nos imaginamos en la típica foto del muchacho en silla de ruedas que no puede acceder porque hay una escalera para llegar a la iglesia, a la facultad, o lo que fuera, y esa no es la barrera más difícil, porque en tal caso, lo levantan, y sube, esa no es la traba; son las actitudinales las que más pesan, sobre esas es sobre lo que hay continuar trabajando.

P-¿Cómo se hace para seguir trabajando cuándo se encuentra ese tipo de obstáculo “actitudinal”?  

R- En general explicando, mostrando. Nosotros trabajamos mucho con las capacidades de los chicos, sobre las habilidades de los nenes y de los jóvenes. Y difundiendo, que la gente conozca lo que pueda, una vez que vieron a la persona con discapacidad, que luego se den cuenta de sus posibilidades. Que vean al joven o al nene que tal vez está disfrutando en una plaza, cantando, muerto de risa, saltando, jugando, y demás, aunque alguna señora, tal vez diga, en general no con maldad sino con desconocimiento, “pobrecito cómo es ciego no puede disfrutar”, no puede ver esa sonrisa, ese canto, ese juego, porque lo primero que la impactó es la ceguera.  

El profesor que no conoce al alumno, pero que conoce que padece ceguera, por ahí piensa este alumno “no va a poder en mi clase”, y resulta que existe la tecnología, y que tal vez este joven se las arregla muy bien para estudiar. Es más fácil preguntarle al alumno directamente. Es muy fino y limitado lo que no pueden hacer, obviamente una persona ciega no puede manejar, pero hay mucho prejuicio.
Las personas somos todas diferentes, y las personas que tienen alguna discapacidad, también son todas diferentes. La ceguera no iguala. La discapacidad no iguala. Cada persona tiene derecho a la individualidad, a ser como es, respetada en la diversidad. 

P-¿Qué actividades realizan los chicos en la escuela?

R- En la escuela los alumnos asisten desde bebés, hay atención temprana del desarrollo infantil, es una forma de trabajo aparte, se trabaja con las mamás , con las familias, en un horario reducido, pero desde la salita de tres años, desde el nivel inicial, los nenes se integran en los jardines comunes, en las escuelas que eligen las familias, y ahí reciben una maestra de integración, que va a ir una vez por semana o una vez cada quince días, de acuerdo a la situación del alumno y de la escuela, esa maestra va a orientar con respecto a estas inquietudes que surjan del docente. Es muy individualizado el trabajo con cada alumno. Hoy en día el avance de la tecnología, permite la accesibilidad a cualquier material. Por su parte, los chicos que están integrados a escuelas comunes, vienen en contra turno a nuestra escuela. En nuestra escuela realizan los apoyos específicos para sostener esta integración y para progresar en los aprendizajes. Por ejemplo braile lo aprenden en la escuela especial, pero lo aplican en la escuela de nivel. 

Los alumnos también tienen computación, los que tienen un resto visual tienen eficiencia visual, que es un espacio donde aprende a utilizar mejor ese resto visual. Además tienen orientación y movilidad, que son las técnicas para aprender a ubicarse en el espacio, orientarse y utilizar el bastón verde y el blanco, el bastón blanco es para las personas ciegas y el verde para las que tienen baja visión.

También tenemos trayectos pre-profesionales que tratan de acercar la escuela al mundo del trabajo, pero que comienzan con lo básico que son trabajos manuales. El año pasado se armó el ensamble vocal instrumental, donde los chicos tienen música.
Además, salimos mucho con los alumnos, porque por más buena que sea la clase dentro del aula, nunca va a ser la misma riqueza que la que el alumno puede adquirir a través de su propia vivencia y experiencia. 

P-¿Los elementos tecnológicos quién se los brinda?

R- Comenzaron a brindarlos cuando apareció el plan “Conectar igualdad” (Dicho plan tiene como finalidad mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje a través de la modificación de las formas de trabajo en el aula y en la escuela a partir del uso de las TIC). Esa fue la primera vez que comenzamos a recibir los primeros insumos. Si podía ser que consigamos de forma aleatoria la donación de una computadora, o que un alumno consiga, o que una fundación done, pero que todos los docentes y todos los alumnos estén provistos de estos recursos se dio a partir de este plan. 

P- Antes explicaba que hay chicos que además de la escuela especial, cómo es el caso de la escuela para disminuidos visuales María Angélica Rovai, están insertados en establecimientos de enseñanza convencional, ¿hay muchas diferencias entre esos alumnos?
R- Los chicos que están, por ahora, sólo en la escuela, además de la discapacidad visual tienen alguna otra dificultad, algunos de los chicos tienen discapacidad múltiple, entonces son chicos que tienen a su vez problemas en la comunicación, o problemas visuales o de audición, son chicos en los que confluyen una serie de dificultades, a esos chicos por ahora, no es sencillo encontrarles un lugar. Tenemos un proyecto con el Círculo Católico de Obreros de Lomas de Zamora, que se ha reservado para chicos con discapacidad múltiple. Siempre es más rico el proceso del alumno que puede estar integrado, lo bueno es prepararlo para el mundo, porque el mundo real pasa por afuera de la escuela, no por adentro.

Protagonista

Johanna D’abramo es ex alumna del colegio María Angélica Rovai, pero actualmente participa del curso de ensamble que se realiza en el teatro del Municipio de Lomas de Zamora. En La puerta de atrás, quisimos también, transmitir su experiencia.

“Toco la flauta traversa. Yo ya estudiaba de forma particular desde el 2011, y en el 2013 ingresé al conservatorio Julián Aguirre en Banfield. Y cómo yo era ex alumna de la escuela, este proyecto del ensamble me pareció una buena idea para tocar en grupo”, explicó Johanna. 

“Para mí significa mucho el hecho de hacer música. Me gusta compartir momentos con mis ex compañeros de la escuela”. 

Y agregó: “En el futuro me gustaría no sólo hacer música, sino también poder enseñar. Ahora en la escuela enseño lecto-escritura músical en braile. Tengo chicos de 8 años en adelante. Me gusta mucho trabajar con nenes chiquitos, por la imaginación que tienen”. 

A veces, quizás, las barreras para trabajar o transmitir conocimiento, o simplemente relacionarse con otro que padece una discapacidad están en las personas que no la tienen, por la propia imposibilidad de entender a quién si la padece y amoldarse a sus posibilidades.
Mauro Castro- 29-4-16

Comentarios

Entradas populares de este blog

“Esto es nuevo para mí, todavía tengo que ir madurando artísticamente”

Sebastián Donadio es un artista urbano  que comenzó a pintar hace aproximadamente cinco años en colaboración con otros pintores. “Cuando pintas sentís que estás en el cenit de una ola, podes sentir la adrenalina correr por las venas y no paras hasta agotarte mental y físicamente”, explica en esta entrevista con “La puerta de atrás”. El muralismo y arte urbano han ganado mucho terreno en las últimas décadas en las distintas ciudades del Conurbano y de la Ciudad de Buenos Aires, sobre todo luego de la crisis del 2001. Sin embargo, a lo largo de la historia, las pintadas y los murales en espacios públicos no sólo han servido como obra de arte, en un contexto de embellecimiento urbano, sino también para reivindicar o recordar distintas consignas políticas y sociales,   y también personajes destacados. Sebastián Donadio (44 años) comenzó a pintar hace aproximadamente cinco años para el proyecto de “Embellecimiento urbano ” del Municipio de Almirante Brown “Pintando solo el fondo a lo b

“ ‘A tiempo’ es una creación colectiva”

“Fita” Piotti es la directora de esta obra que reúne a una docena de mujeres que se conocieron hace cuatro décadas en la Escuela Nacional de Danza. “ En la pandemia una ex profesora nuestra Norma Stefany nos empezó a llamar por teléfono y nos empezamos a conectar, tomamos una clase con ella y nos volvimos a juntar, empezamos a tomar clases juntas y ahí surgió esta idea de hacer un espectáculo”, explica. ¿Cómo es un reencuentro después de cuatro décadas? ¿Qué nos une a personas que no vemos hace décadas?, esas preguntas son las que intenta responder   María Fabiana Piotti , “Fita”, directora de la obra “A tiempo” ,   de la compañía “Las Filias”,   que cuenta la historia la historia de un grupo de mujeres mayores de cincuenta años, que deciden recordar y retomar la experiencia que comenzó cuándo se formaron en la escuela de danza. “Somos doce mujeres que nos recibimos casi todas en la Escuela Nacional de Danza en el año 82, cuando teníamos 18 años, y nos conocemos prácticamente desde

“Empaparme con imágenes y relatos de toda esa historia fue una experiencia intensa, rica y necesaria”

Juan Mako, actor, director y docente,  logró llevar al teatro en dos obras la historia de Villa Epecuén, localidad que en 1985 quedó bajo el agua: Las encadenadas” y “Las encadenadas: la revuelta”. “Había escuchado mucho la historia de lo acontecido en Epecuén dado que mi abuelo paterno era de Carhué, el pueblo vecino y donde sucede la acción en ‘Las Encadenadas’ y ‘Las Encadenadas: La revuelta’”, contó en esta nota para “La Puerta de atrás”. Hace 38 años la localidad de Villa Epecuén , en ese entonces de 1500 habitantes, se hizo tristemente célebre, al quedar completamente inundada luego de una lluvia torrencial que provocó el desborde de los canales del Lago Epecuén.   Epecuén es una localidad que está ubicada en el centro-este de la provincia de Buenos Aires, casi al límite con La Pampa.   J uan Mako , actor, docente y director de teatro,  retomó la historia de esa localidad y decidió llevarla al teatro en sus obras “Las Encadenadas” y “Las Encadenadas: La revuelta” .  En este