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“En el unipersonal todo pasa por vos”

Daniela Mogetta interpreta a “Mery” en “Víspera de cumpleaños”, una obra en la que la que el personaje se encuentra ante una crisis justo en la previa de un nuevo aniversario de su natalicio. “Está con sus espejos que la acompañaron durante toda su vida, son  espejos familiares, que la vieron atravesar estos cincuenta años, y a través de esa reflexión, de esa noche, empiezan a surgir un montón de cosas”, explica la actriz en esta nota con “La Puerta de atrás”.


Si ya de por sí, el actor frente al público en una obra se expone, expone no sólo cuerpo, sino también sus emociones , sentimientos, su talento y su pasión,  en un unipersonal todo esto se potencia. Todas las miradas están sobre él. Se trata del actor sólo, con un vestuario, un maquillaje, una escenografía y el texto, ante el público.

La historia, captar la atención del espectador, entretener, emocionar, todos elementos y acciones que componen parte de las intenciones de un espectáculo en vez de estar repartidos entre varias personas o distintos personajes, en este caso recaen en uno sólo. Dependen sólo de él, o en este caso, de ella.

Daniela Mogetta, lleva adelante “Víspera de cumpleaños”, un unipersonal en el que una mujer a punto de cumplir cincuenta años, se encuentra en su habitación, en la que  “Está con sus espejos que la acompañaron durante toda su vida, son  espejos familiares, de la abuela, de la madre, que la vieron atravesar estos cincuenta años, y a través de esa reflexión, de esa noche, empiezan a surgir un montón de cosas. Ella leyó en Google que si se ponía papel film podía bajar cuatro kilos en una noche, y a partir de ahí empiezan un montón de disparadores”, anticipa la protagonista, en esta entrevista con La puerta de atrás.



P- Suena cómico pero hay muchas historias reales, mucha gente que cree en ese tipo de soluciones mágicas…

R-A Mery le transportan a otras cosas, al enfrentarse al espejo, empieza a ver su cuerpo, recuerda su cuerpo anterior en el espejo y las cosas que le trae ese cuerpo de adolescente, los sueños y los vínculos que tenía en ese momento con su padre, su madre, su cuerpo actual y su vínculo con su esposo y su hijo, empiezan un montón de reflexiones a partir de eso. Algo que parecía una especie de receta mágica, en definitiva la termina transformando de alguna manera.

P-¿Cómo te sentís interpretando a “Mery”?

R- Tuve que hacer un trabajo muy introspectivo, primero porque yo no soy una mujer hegemónica y la mujer que represento tampoco lo es, la obra exige una exposición de mi cuerpo, con lo cual también tengo que trabajar con el cuerpo de Daniela y con mi mirada a ese cuerpo para poder prestárselo primero a Mery y poder ponerlo en escena, hubo mucho trabajo, hago terapia hace muchos años, y mi psicóloga me ayudó mucho con esta exposición que iba a tener con el personaje. Y después a nivel actoral es un gran desafío porque es mi primer unipersonal, yo venía trabajando en otras obras con Claudio Favieri, el director, y me ofrece hacer esto, y fue un viaje hermoso de construir el personaje, de buscar que rasgos tenía Mery, de repasar el texto y juntarnos con la autora y decir esto va por acá y la autora nos decía ¡No, esto no va por acá! y volvíamos para atrás, y decíamos ¿a dónde vamos?, la verdad que exige un montón de desafíos. Mery canta, y canta una canción en francés porque algo de eso tiene que ver con su historia, y Daniela es un queso con los idiomas, entonces tuve también el desafío de tener que aprenderme canciones en francés, que si bien no se pretende que yo la sepa perfecto, si la canción tiene una letra significativa, entonces había que aprenderla bien, como para ayudar a entender cosas en la obra. A nivel actoral tuve un montón de desafíos. Y después esto de enfrentarte al público sola, siempre había hecho obras colectivas y acá estás cómo en una sensación de vacío en el escenario, te olvidaste la letra o te pasó algo y sos vos tratando de solucionarlo, el público no se entera, pero uno está buscando solucionar algo. Se trata de la habilidad que tenemos los actores de tratar de solucionar cosas espontáneamente.

P- Con respecto a la preparación, ¿es muy distinta la previa de  una obra convencional, con un elenco, a la de un unipersonal?

R-Cómo era mi primer unipersonal, con Claudio tuvimos casi nueve meses de trabajo. Yo no tengo dedicación full time, entonces la construcción era muy distinta, pero si teníamos claro que queríamos contar la historia bien y que a la gente le gustara esa historia y para eso nos iba a llevar bastante tiempo y eso fue lo que planificamos. En otros proyectos más corales también he tenido tiempo de elaboración, pero al estar en grupo es mucho más dinámico y más fácil de llevar a cabo desde aprenderte la letra, encarar las acciones, hacer los ensayos. Es más dinámico y hasta quizás cueste menos. En el unipersonal todo pasa por vos. Primero tenes la etapa de aprender el texto, que es exclusivamente tuya, estuvimos prácticamente un mes y medio tratando de incorporar el aprendizaje del texto  para que  a partir de ahí pudiera cobrar vida el cuerpo y las acciones que suceden en la obra, que eso no pasa tanto en lo colectivo, se juega más con la improvisación, hay un ida y vuelta con tus compañeros, entonces eso lo hace mucho más sencillo. El Unipersonal requiere más esfuerzo.

P-¿Cómo fueron tus comienzos en el teatro?

R-Yo empecé medio de casualidad, hace diez años, estudiando comedia musical, yo soy del partido de Tres de Febrero, vivo en Sáenz Peña, cerca del colegio de mis hijos hay una escuela de comedia musical, yo estaba pasando una crisis existencial, me anoté y dije algo tenemos que hacer. Y empecé ahí, me gustó, y justo Marisol Otero que estaba haciendo “Mamma Mía” en ese momento hacía un seminario y me anoté, y después también tomé clases en la escuela de ella y ahí en la escuela conocí a Claudio Pazos, un actor de renombre, y me dice tenes que estudiar actuación, te recomiendo “Timbre 4”, y me anoté y empecé ahí hacer mis primeros pasos en la actuación, después me empezaron a llamar para hacer mis primeros papeles en obritas, en obras, después armamos con un grupo de amigas una obra que la producimos nosotras y así de forma muy autogestiva empecé a trabajar. Claudio me escribió, porque me vio en una obra y se le había caído una actriz, para reemplazarla. Después me seguí formando, actualmente estoy estudiando con Ana Lucía Rodríguez  y Marina Carrasco en “Fuga teatral”, con ellas estoy hace tres años. Fui tomando distintas herramientas que me ayudan en lo que yo quiero hacer. Al entrenarse el grupo de compañeros te da otras habilidades, otras formas de comunicarte, el entrenamiento no termina nunca para un actor y es la mejor forma de tener el cuerpo disponible para.

P-En esta obra también tenes un rol en producción, ¿Cómo haces para combinar ambas actividades?

R-Es difícil, estamos en Argentina, fue difícil buscar sala, movernos, el tema del vestuario, de los ensayos, cuánta plata tenemos que poner, es difícil auto gestionarse en Argentina, no podemos pedir subsidio porque somos un unipersonal, muchos caminitos se nos iban acotando. La producción la hacemos Claudio y yo, y nos lleva mucho esfuerzo, mucho diálogo y mucha comunicación para poder entendernos y estar de acuerdo en lo que queremos para la obra, por ejemplo si extendíamos o no un mes más o no la obra, nos estaba yendo muy bien en estas ocho funciones que hicimos, te diría que seis fueron con entradas agotadas, fueron muchas decisiones para pensar. Los actores independientes no todos tenemos la posibilidad de llegar al teatro comercial, donde hay un contrato, un sueldo, y creo que la única forma de poder hacer teatro y lo que nos gusta es auto gestionarse y esta es una forma, y hay que aprender de eso y hacerlo.

P-¿Cómo evalúas la actualidad del teatro?

R-Consumo poco teatro comercial para ser honesta, no suelo ir a obras, si hay cosas que me gustaría ver pero hay una cuestión de costo de entrada que me resulta a mí también poco accesible, entonces una entrada de teatro comercial me equivalen a dos o tres obras de teatro independiente que son tan buenas o mejores. Y entonces digo, voy a apoyar a mis compañeros que están en la misma que yo, auto gestionándose y tratando de sacar adelante un producto que estuvieron meses ensayándolo y tratando de llegar a la gente. En el teatro comercial hay cosas buenísimas, mucha producción,  a mí me encantan los musicales.  Trato de ver todo lo que hay en “Timbre 4”, hay muchas opciones y cosas muy buenas en Buenos Aires en el teatro independiente.

P-¿Cómo sigue tu año teatral?

R-No tengo nada pensado, no me llegó ninguna propuesta ni las estoy autogenerando, estoy tratando de disfrutar “Víspera” y poder cerrar el ciclo para poder encarar otras cosas, me parece que tenemos muchas más cosas para explorar con esta obra, todavía no llegó ningún texto, veremos que depara el futuro. Si me decís cuál es mi deseo, algo que tenga que ver con la música, y que tenga que ver con alguna historia cantada, para despuntar el vicio del canto.


Además Daniela cuenta: “Soy contadora, trabajo en recursos humanos, vengo de algo totalmente diferente, y encontré en la actuación algo que me hacía muy feliz, a veces siento que la encontré tarde, que vengo corriendo de atrás, tratando de subirme a todos los proyectos, diciendo perdí tiempo, y no, no perdí tiempo, lo encontré después, nada más, y con otra madurez, con otra perspectiva de la vida, que si lo hubiera encontrado antes no lo hubiera disfrutado tanto como lo hago ahora”.

Pueden ver “Víspera de cumpleaños”  hasta el domingo 30 de Junio, todos los domingos a las 17 en Paseo La Plaza,  en Av. Corrientes 1660, CABA.


Mauro Castro

LPDA- 1-6-24



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